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Carlos Alcaraz confirmó por qué es uno de los grandes favoritos al título al pasar con autoridad a las semifinales del US Open tras barrer a Jiri Lehecka en sets corridos, 6-4, 6-2, 6-4, en apenas 1 hora y 56 minutos. Su actuación fue una clínica de efectividad y control total: solo cedió 14 puntos al servicio y se apoyó en 28 golpes ganadores frente a 17 errores no forzados, sellando un partido sin fisuras.

Pese a su dominio, lo más destacable de su andar en Nueva York es su impecable recorrido: aún no ha perdido un solo set en todo el torneo. Con esta victoria, Alcaraz se mete en semifinales del US Open sin ceder parciales, una hazaña poco común a su edad y que subraya su madurez competitiva. Ahora le espera un duelo repleto de historia: Novak Djokovic será su próximo rival.

Mientras tanto, Jannik Sinner firmó un recital en su encuentro de octavos, arrollando al experimentado Alexander Bublik por un contundente 6-1, 6-1, 6-1 en apenas 81 minutos. Con esa victoria, extiende su racha en octavos de Grand Slam y logra su triunfo más rápido en un torneo mayor. Bublik, visiblemente impresionado, no dudó en soltar después del partido: “This is insane… I’m not bad, like, what the f***?”. Sinner avanzó para medirse con su compatriota Lorenzo Musetti, con la vista puesta en otra semifinal emocionante.

Lo que ambos han protagonizado no es solo un reflejo de su enorme nivel individual, sino de una rivalidad brillante que ha definido el tenis masculino en 2025. Alcaraz y Sinner ya han disputado tres finales de Grand Slam este año: Alcaraz ganó en Roma y en Roland Garros —una remontada histórica que incluyó salvar tres puntos de campeonato en París— mientras que Sinner respondió con victoria en Wimbledon.

Ahora, ambos vuelven a estar a dos victorias de protagonizar un duelo por la corona del US Open. De lograrlo, habrían alcanzado algo inédito en la era Open: ser los primeros hombres en enfrentarse en tres finales de Grand Slam en una misma temporada.

No obstante, Novak Djokovic, en semifinales contra Alcaraz, ya se ha mostrado dispuesto a “romper los planes” de quienes esperan una final entre los dos mejores del mundo